Tuareg Cake: ¿La nueva maravilla del gordolechonismo chileno?

Hoy estaba almorzando y, como siempre al terminar, busco en el quisquito amigo una cosita poca para golozear y que sirva de postre. Sorpresa fue la mia al ver la legendaria galletita Tuareg convertida en algo más: un Chocman de Tuareg.

Primero dije: oh, qué rico los Chocman (me compré uno). Después dije: oh, qué será esta supuesta nueva maravilla del mundo obeso (también me la compré). En sí, no es un chocman de Tuareg como los extintos Chocman Sol (o chocman choc como les decía cuando chico). Es un nuevo producto de la marca costa que se llama Tuareg Cake. 

De partida, ni una gracia ni novedad. Es lo mismo que el también desaparecido Maxi Cake de la misma marca (¿Alguien los ha visto? Eran ricos), pero en formato más delgado y con la reputación de las ricas, apetecibles y siempre salvadoras galletitas rellenas de crema de coco. Lo único distinto, y que sí pude apreciar -siempre avalado a mi rehabilitada adicción a los Maxi Cake-, es que son más suaves que el quequito reemplazado.

Es decir, la crema es mucho más sutil, el azúcar es menos notorio y no te deja medio ahueonao de tanto comer. O sea, sí se pueden comprar muchos reventar comiendo Tuaregs cakes. Yo lo haría con una caja de chocman. No sé por qué todavía no lo hago. Además, trae un doble biscochito de chocolate que es demasiado rico. 

No sé si desprestigie la marca Tuareg, porque ya son una institución del sabor a buen precio, pero demás que desaparece por poca relevancia. Y demás que si desaparece, yo lo voy a echar de menos porque soy un chancho de mierda.